martes, 21 de abril de 2009

Un día más

Es viernes, 10 de abril de 2009. Aparentemente todo está en calma, los primeros rayos de sol, eso sí parcialmente eclipsados por un cielo nubloso, dan inicio a un nuevo día de mi vida. Aún medio dormido, como si de un sonámbulo se tratase, me dirijo al baño para lavarme la cara. Al mismo tiempo que abría el grifo, una inesperada llamada, presagio de malas noticias, alteraba mi tranquilidad. No hizo falta que me lavase la cara, esa conversación me calló como un jarro de agua fría, que no sólo me despertaría, sino que me dejaría insomne varias noches. Descolgué el teléfono, al otro lado una voz alarmada, me intentaba transmitir un mensaje que al principio, por el sonido entrecortado, no logré entender;

-sí, ¿quién es?, dije.

-Soy yo, ¿no me conoces?, contestaron

- ah Legzal, ¿qué tal?, respondí

- Legzal: Mal, acaba de ocurrir una tragedia. A un chico saharaui le ha estallado una mina.

- ¿Cómo?, grité alterado.

-Legzal: sí, sí, lo que oyes. Estaba en una manifestación contra el muro de la vergüenza, y pisó una mina. Es lo que estoy oyendo por la radio.

- madre mía, ¡qué desgracia! Voy a mirar en internet a ver si ponen algo más para colgar la noticia en el blog.

-Legzal: Vale. Tiene que haber algo. Esto pasó hace una hora.

- OK. Gracias por avisarme. Hasta luego. Respondí

Nada más colgar el teléfono, nervioso, encendí el ordenador en busca de respuestas. Por mi mente pasaban infinidad de cosas, pero sobre todo, una pregunta; ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo vamos a seguir así?... Tras varios minutos de desenfrenada búsqueda, logré dar con una notica de "cadena ser" que ponía: "un joven saharaui resulta herido al explotarle una mina anti-persona durante una manifestación en el Sahara Occidental." Este titular me estremeció, de tal manera, que se me encogió el corazón, sentí un dolor en el pecho, una falta de aire, como si de una angina de pecho se tratase. Ese dolor me dura todavía-permanecerá mientras el pueblo saharaui, mi pueblo, mi gente, sigan sufriendo la injusticia del maltrato, olvido e indiferencia de cuantos un día se creyeron dueños de aquello que no se puede poseer; la libertad y el destino de un pueblo- . El resto del día fue triste y amargo, pero sobre todo, sentía rabia, una furia fruto de la impotencia. A pesar de las ganas, de las ansias de "hacer algo más", era consciente de que coger un arma y matar no era la solución, pero en ese momento era lo que más deseaba.

Ese viernes sentí dolor, impotencia, desesperación....Pero sentí, aún más, las ganas de lucha, de resistencia y esperanza. Es un viernes, un martes, un lunes, un día más en el que algunos dan su vida por lo que unos tienen, y otros tanto anhelan: La LIBERTAD.

AHMED ABDALLAHI AHMED

2 comentarios:

Anónimo dijo...

preciosooo¡ me ha encantado, muestra la realidad que vive el pueblo saharauí. Felicidades por su labor y les animo a seguir x ese camino.

FAMILIA BARREDA-JAÉN-HAMADA-RIVAS dijo...

un abrazo desde Lebrija, precioso blog.
La impotencia ante la injusticia nunca debe acallar nuestras voces. Al contrario, Brahim debe escuchar desde los campamentos todas las muestras de apoyo y solidaridad, que es lo mismo que dar nuestro apoyo a la causa saharaui.
Que nuestro presidente ZP no se engañe. Que escuche al PUEBLO, él podrá apoyar las tesis marroquíes, pero el pueblo español está con vosotros, nuestros hermanos saharauis.
Un abrazo a todos.

 
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